¡Es hora de ponerle onda y color a tus días!
La principal ventaja de un look clásico es que nunca falla.
Pero esta clase de atuendos esconden una pequeña “trampa”, y es que al haber
permanecido durante tantos años en vigencia, pueden resultar monótonos,
apagados y aburridos, es por ello que desde poleras con gráficas a zapatos que
no pasan desapercibidos, destaca por sobre la mayoría añadiendo un sutil toque
de color a un look que de otra forma sería súper simple.
Por suerte, existen formas de innovar y adaptarlos para
darles un toque personal, sin perder la esencia de lo tradicional. Para
modernizar tus looks clásicos con simples trucos
No te cases con un solo color:
Es cierto que los tonos neutros, como el blanco, el beige y
el negro nunca pasan de moda pero, en ocasiones, combinarlos con la misma gama
de colores puede generar un outfit demasiado sobrio y sin vida. Una pizca
de color, en cambio, puede servir para que reflejen tu personalidad y hasta tu
estado de ánimo. Puede ser una cartera, una pañoleta o incluso un
cinturón.
Mantén el concepto pero cambia el formato:
Esta técnica es aplicada temporada tras temporada en las
grandes pasarelas, donde las nuevas colecciones se basan en tendencias pasadas
pero adaptadas a nuestra época.
Por ejemplo, se puede lucir una combinación clásica, pero
agregándole el jean o los zapatos de moda de cada año.
Apóyate en los accesorios:
Un look nunca está completo si le faltan los accesorios:
collares, pendientes, pulseras, gafas de sol, cinturones y hasta relojes, son
capaces de darle el toque final a una obra maestra.
La idea es que sean
llamativos, con personalidad propia, y que ayuden a darle vida a tu look.
Elige zapatos y bolsos protagonistas:
Estos dos
componentes son esenciales dentro de un look.
Por este motivo, es conveniente
aprovecharlos para innovar a través de distintos colores, texturas, y diseños.
Cambiar no es fácil. Por ejemplo, si eres dueña de un clóset
mayoritariamente en colores neutrales, incorporar color puede sentirse bastante
raro. No te preocupes, la solución es empezar muy de a poco: un toque de color
aquí, unos labios rojos acá… Estas simples adiciones pueden ser la solución
perfecta para alegrar tu repertorio.
Como ves, lo importante es animarse a probar combinaciones
hasta hallar la que mejor te represente.
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